El crecimiento de la población junto con los diferentes retos globales que vayan surgiendo a lo largo de los próximos años hacen que sea fundamental encontrar fuentes alternativas de alimentos que procedan de formas de producción sostenibles. |
Según las previsiones de crecimiento de la ONU, para el 2050 habrá en nuestro planeta 9.000 millones de personas y unos 11.000 millones a finales de siglo.
Para alcanzar en 2030 el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), acabar con el hambre en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) sostiene que será necesario producir el doble de alimentos con respecto a 2012.
Este objetivo no solo supone una necesidad muy importante de aumentar la superficie productiva, sino que trae consigo el enfrentarse a los fenómenos meteorológicos derivados del cambio climático, a la pérdida de biodiversidad, a la progresiva degradación del suelo y a la escasez de agua.
¿Son los insectos una posible solución a la escasez de alimentos?
Teniendo en cuenta las dificultades que se plantean de cara a futuro en cuanto a la alimentación, es preciso encontrar fuentes de proteína que procedan de formas de producción sostenibles.
En este sentido, los insectos pueden suponer una fuente muy importante de proteína debido su elevada eficiencia en la transformación de alimentos y la menor superficie de producción necesaria. Además, el desarrollo del Tenebrio requiere de una cantidad muy reducida de recursos, sobre todo agua, empleándose principalmente residuos agroindustriales, y se generan desechos de alto valor para la agricultura.
En enero de 2021, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) publicó una evaluación completa y exhaustiva favorable al consumo del gusano de la harina (Tenebrio molitor), donde consideró a esta especie de insecto como un alimento seguro que destaca por su contenido en proteína, grasa y quitina. Este organismo habló de la utilización del insecto para el consumo humano tanto en forma completa, como aditivo en polvo.
Ya en 2018, el Reglamento (UE) 2015/2283 comunicó que los insectos presentan todos los requisitos para ser considerados alimentos, puesto que no suponen un riesgo para la salud del consumidor, no son menos nutritivos que otros alimentos de origen animal y no inducen a engaño al consumidor.
Sin embargo, no es hasta mayo de 2021, cuando la Unión Europea aprueba el Tenebrio como primer insecto apto para el consumo humano y animal.
¿Cuáles son las principales ventajas del sector que nos distinguen del resto?
La primera de ellas es que es una alternativa sostenible con altos niveles de conversión, es decir, una parte muy considerable de la cantidad de alimento que consume el insecto se transforma en biomasa del propio insecto.
Estos índices de conversión se sitúan alrededor de los 1,5 kg de alimento ingerido por cada kg de insecto producido. Para hacernos una idea de lo llamativo de estos valores, en el sector del vacuno de carne los índices alcanzan los 10 kg de alimento por cada kg de carne producido.
Por otra parte, la alimentación se puede llevar a cabo mediante la utilización de residuos agroindustriales, lo que supone transformar los desechos vegetales de baja calidad en proteínas de alta calidad.
En la cría del Tenebrio molitor se pueden aprovechar todos los subproductos derivados de su producción, puesto que la quitina que se obtiene en la fase adulta del insecto, es un componente que puede ser empleado en el sector biotecnológico, industrial, farmacéutico y cosmético debido a sus múltiples propiedades.
Por su parte, el frass producido por las larvas puede emplearse como un poderoso fertilizante ecológico que incrementa el desarrollo de las plantas, las protege contra plagas, mejora la absorción de nutrientes y mejora las características físico químicas del suelo.
Además, la producción vertical permite un máximo aprovechamiento del espacio, lo que permite producir una cantidad de alimentos muy elevada en un espacio muy reducido.
Por último, en lo relativo a las ventajas del sector, cabe destacar las características nutricionales de las larvas. Por lo general el contenido proteico oscila el 50-60%, las grasas se encuentran en torno al 15-20%, los hidratos de carbono en torno al 10% y la fibra dietética total alrededor del 15%. Estas características lo convierten en un alimento de gran calidad, apto para el consumo animal tanto en forma viva como desecada.
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Protiberia hace frente a los retos de la industria alimentaria que más nos preocupan produciendo una proteína saludable que permite alimentar al mundo de forma sostenible.
Nos centramos principalmente en investigar a fondo las propiedades del Tenebrio para revolucionar la industria alimentaria. Todo ello, apostando por un modelo circular donde, ante todo, prima el aprovechamiento de los residuos y subproductos agroindustriales de cercanía, con los que generamos puestos de trabajo en las zonas rurales de España.
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Referencias
FAO. (2020). Objetivo 2: Poner fin al hambre https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/hunger/
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. (2021). EFSA publica la primera evaluación completa de un insecto como nuevo alimento. https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/noticias_y_actualizaciones/noticias/2021/evaluacion_insecto_alimento.htm
Parlamento Europeo y consejo de la Unión Europea. (2015). Reglamento (UE) 2015/2283. https://www.boe.es/doue/2015/327/L00001-00022.pdf
Unión Europea. (2021). Reglamento de ejecución (UE) 2021/882. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2021-80708