| El uso del gusano de la harina (Tenebrio molitor) para la producción de piensos animales conlleva una mejora de la sostenibilidad y la eficiencia en la forma de cómo producimos nuestros alimentos, contribuyendo a cambiar la economía. |
De media, cada europeo consume 14 toneladas de materias primas cada año, al mismo tiempo que genera 5 toneladas de residuos. Esto es una de las facetas del modelo económico de “usar y tirar”, predominante desde prácticamente la revolución industrial en el siglo XIX.
En cuanto a nuestro país, según fuentes europeas, en 2016 se generaron aproximadamente 129 millones de toneladas de residuos, de los cuales únicamente se reciclaron un 37 %, lo que pone de manifiesto el elevado desaprovechamiento de recursos para sostener nuestra economía.
La economía circular es un modelo económico que pretende sustituir este modelo linear altamente ineficiente por uno donde se alargue el ciclo de vida de los productos que son puestos en el mercado, reduciendo así el uso de materias primas nuevas y la generación de residuos.
Los principios de este nuevo sistema económico se basan en:
- Prevenir la generación de residuos mediante un diseño y consumo inteligentes
- Reutilización y valorización de subproductos
- Reciclado
El principal motivo por el que necesitamos adoptar este nuevo modelo económico es debido al aumento de la población, puesto que en una economía lineal tradicional supone un uso cada vez mayor de materias primas y recursos naturales para satisfacer las demandas de esa población.
Si tenemos en cuenta que vivimos en un planeta finito con materias primas y recursos naturales limitados, se hace evidente que necesitamos urgentemente cambiar de modelo económico si queremos evitar tensiones económicas y sociales que desestabilicen nuestras sociedades.
Sector Agroalimentario, Pesquero y Forestal
El sector agroalimentario, forestal y del medio rural también necesita adoptar los principios y objetivos que se promueven en la economía circular. Recientemente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación promueve la estrategia “Más alimentos, menos desperdicios” dirigida a reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario, a la valorización de subproductos y a fomentar técnicas de consumo responsable y eficiente.
Esta valorización de subproductos supone que lo que se considera un residuo para una industria determinada del sector, se convierta en una materia prima para otra, reduciendo así la necesidad y dependencia de materias primas que muchas veces han de ser importadas de otros países.
En este sentido, la producción de alimentos tradicionales de origen animal (carnes, pescados) supone un gran impacto en el entorno debido a sus elevados requerimientos de piensos (muchas veces importados de países lejanos), agua y pastos. Sin embargo, necesitamos seguir produciendo estos alimentos, ya que son una fuente de proteína indispensable para alcanzar una dieta equilibrada.
Por tanto, se impone la necesidad de desarrollar la producción de fuentes alternativas de proteína, tanto para consumo animal en forma de piensos como directamente para consumo humano. Es aquí donde aparecen los insectos.
Los insectos como alimento para el sector agroalimetario
Los insectos presentan una composición nutricional muy interesante para que sean utilizados en la producción de alimentos, ya sea en forma de piensos para la industria ganadera (granjas de pollos, cerdos, piscifactorías, etc.) como para consumo humano directamente. Su contenido en proteínas suele estar en torno al 60%, dependiendo de la especie. Además, su contenido en lípidos de interés nutricional es beneficioso, con un perfil de ácidos grasos del grupo oleico apto para el consumo humano.
Al mismo tiempo, los insectos presentan una elevada eficiencia en la utilización de nutrientes, lo que significa que requieren muy pocos alimentos y agua para aumentar su peso, o lo que es lo mismo, presentan unas elevadas tasas de conversión alimenticia. Por cada kg de insecto criado se requiere sólo 1.5 – 2 kg de alimento, mientras que en otros sectores ganaderos tradicionales se requiere más del doble.
Adicionalmente, las fuentes de alimento requeridas para producir insectos en granjas son, en muchos casos, productos de desechos de otras industrias agroalimentarias con escaso valor, como son los cereales gastados de la industria cervecera después de la fermentación, levaduras o harinas de cereales que no son aptas para consumo humano.
De entre todos los insectos disponibles para la producción de proteínas para piensos animales y para consumo humano, el gusano de la harina (Tenebrio molitor) presenta unas características que lo hacen especialmente interesante para afrontar el cambio de paradigma que supone adoptar una economía circular en la producción de alimentos.
Desde Protiberia, estamos contribuyendo a adoptar este nuevo sistema económico mediante la producción de Tenebrio molitor para uso animal y humano, utilizando residuos de otras industrias agrícolas, generadas localmente y contribuyendo así a cerrar el círculo del nuevo modelo de bioeconomía.
Estamos fuertemente comprometidos con la sostenibilidad y el medio ambiente, y qué mejor forma de alcanzar este objetivo que imitando a la propia naturaleza, utilizando a Tenebrio molitor para reciclar los desechos generados por la industria agrícola para producir una proteína de alta calidad, de forma sostenible y segura.
Contribuimos a mejorar la relación de la agricultura y ganadería con el medio ambiente, haciéndolas más sostenibles para nuestra generación y las que están por venir.
Referencias:
Circular economy action plan. European Commission
https://environment.ec.europa.eu/strategy/circular-economy-action-plan_en
Estrategia Española de Economía Circular. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Gobierno de España
https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/economia-circular/estrategia/
