Actualmente, existe un gran interés por parte de la población acerca de incluir los insectos en la dieta humana por su producción de bajo impacto medioambiental y su alto valor nutritivo, tratándose así de una muy buena proteína alternativa frente a las habituales. Sin embargo, nos encontramos con un vacío legal a la hora de poder comercializarlos y consumirlos. |
La situación relacionada con el uso de insectos dentro de la alimentación en Europa ha experimentado un continuo crecimiento e interés, tanto en la alimentación humana como en la animal.
Puntos clave de los insectos en la alimentación
Para conocer en qué punto se encuentran los insectos en la alimentación, es importante conocer ciertos puntos clave.
En primer lugar, es primordial hacer una evaluación de Seguridad Alimentaria; dicha evaluación es llevada a cabo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que examina la seguridad de los insectos que son destinados a la alimentación humana y animal, abordando aspectos cruciales como la microbiología, la composición nutricional y la presencia de alérgenos.
Otro punto significativo es conocer las Normativas existentes en relación con los insectos dentro de la Unión Europea. Existen normativas específicas para poder comercializar los insectos y sus derivados, buscando siempre asegurar la seguridad y calidad de los productos obtenidos. Aunque en algunos países de la Unión Europea existen regulaciones específicas o adaptaciones de las normativas europeas a nivel nacional.
Legislación Europea de los insectos
La Comisión Europea ha contemplado la inclusión de ciertos insectos en la lista de Nuevos Alimentos del Reglamento (UE) 2015/2283, facilitando así su comercialización legal en la Unión Europea. Dentro de la definición de nuevo alimento del nuevo Reglamento, los insectos están incluidos en la categoría de “alimento que consista en animales o sus partes, o aislado de estos o producido a partir de estos, que las personas no hayan consumido en una medida importante en la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997”. Por tanto, este Reglamento es el que regula actualmente los insectos dentro de la alimentación humana a nivel europeo.
Es importante conocer que, dentro de la alimentación humana, el uso y consumo de insectos se basan en estudios y experimentos para poder evaluar la viabilidad y seguridad de dicha incorporación en productos alimentarios destinados al consumo humano, como barras energéticas y snacks.
Para poder comercializar dichos insectos en la Unión Europea, tienen que aparecer incluidos en la lista creada por la Comisión Europea del Reglamento (UE) 2017/2470, por lo que no se podrán comercializar insectos o parte de ellos, excepto que se trate de insectos enteros tolerados en el mercado de Estados Miembros de la Unión Europea, que sean comercializados por empresas que se encuentren acogidas al periodo transitorio de dicho Reglamento, y durante el cual pueden seguir comercializándolo hasta que la Comisión Europea tome una decisión respecto a su autorización.
En España, concretamente, las especies de insectos acogidas al periodo transitorio sólo se pueden comercializar por la aplicación del principio de reconocimiento mutuo, el cual se basa en la confianza mutua entre los Estados Miembros.
Especies incluidas dentro de la lista de la Unión Europea
Actualmente, solo son tres especies las incluidas en la lista de la Unión: Tenebrio molitor, Locusta migratoria y Acheta domesticus, las cuales están autorizadas con protección de datos durante 5 años. Centrándonos en la comercialización de Tenebrio molitor, se autoriza comercializarlo de forma desecada bajo el Reglamento de Ejecución (UE) 2021/882 De la Comisión.
En definitiva, el uso de insectos en la alimentación está experimentando un notable aumento en la conciencia pública, aunque aún persisten desafíos que hay que seguir abordando hasta llegar a una gran aceptación social.
Referencias
SITUACIÓN DE LOS INSECTOS EN ALIMENTACIÓN HUMANA (aesan.gob.es)